To be beautiful from birth to death is still to be beautiful only briefly.
—Ocean Vuong.
La carta de un hijo escrita a su madre. Lanzada al mar dentro de una botella. Metáfora que se traduce en realidad pues la madre no sabe leer. Así, no conocerá las palabras que expresan lo que se calló por mucho tiempo, palabras que habitan dentro de su hijo, palabras que se perderán en el vasto mar.
Escribir parece ser un acto fútil. No lo es. La voz importa, es escuchada. El autor responde cuestionamientos sobre sí mismo: quién es, dónde pertenece, cuál es su lugar en el mundo. A través de la escritura el autor reconoce qué es habitar un cuerpo americano, siendo un inmigrante vietnamita que lidia con la violencia como refugiado en Estados Unidos. El lector conoce esta realidad acompañada por la homofobia, el racismo, los traumas de la guerra, los prejuicios sociales, la pobreza, las drogas, la muerte, la pérdida.
Esta novela autobiográfica es una mezcla de memoria y ficción. Narra la complicada relación de una madre y su hijo de manera poética, bella y conmovedora. Es una historia de supervivencia, de esperanza y de búsqueda de la alegría, pues la vida es breve. Giramos con Vuong alrededor de la idea de que somos bellos, desde que nacemos hasta que morimos, pero solo lo somos por un momento. Maldita futilidad. Como él dice “Nadie sobrevive por accidente. Sobrevivir es un acto creativo.” Para él, como para mí, “leer es la última gracia salvadora que conozco” y contar historias es un campo abierto para la reconstrucción dónde cada quién decide que recordar y que olvidar para seguir adelante. Al contar y recontar nuestra historia, ésta se convierte en poder, felicidad, orgullo… en una plegaria para recordar el pasado, aceptar el presente y crear un nuevo futuro.
Me encantó leer esta novela de iniciación —del paso de la niñez a la adultez— donde el autor reconoce su homosexualidad, examina la masculinidad y las relaciones familiares. Una vida desconocida, alejada de mi realidad, pero al mismo tiempo tan universal que es cercana y se convierte en mía. En el fondo deseo lo mismo que él: rescatarme a mí misma, encontrar sentido a la vida y poder apreciar la belleza.
En la tierra somos fugazmente grandiosos
Ocean Vuong
Anagrama
264 páginas
