Sofía, aquí mi respuesta sincera y honesta.
Hace unos días mi hija adolescente me preguntó: ¿Mi papá es el amor de tu vida? Fue una pregunta inesperada, de momento no supe qué contestar. Le dije: “Yo creo que sí.” Mi verdadera y sincera respuesta debió ser: “No creo que exista el amor de mi vida.”
Se nos vende —sobre todo a las mujeres— la idea romántica del amor de la vida, ese amor tan grande y profundo que hace suspirar, nubla los sentidos y embriaga momentáneamente de alegría, por el cual se puede soportar y perdonar todo, ese amor que puede doler y que implica sacrificios.
En las librerías se puede encontrar en la sección juvenil la serie de libros titulada After, es una lectura popular entre el público adolescente, hay también varias películas basadas en los libros. En el mes de mayo mientras convalecía de Covid decidí verlas, se me antojaba pasar el tiempo consumiendo contenido chatarra. Terminé de ver las películas disponibles totalmente escandalizada, enojada y preocupada.
¿Cómo es posible que se les venda a los adolescentes la idea de aguantar violencia psicológica por medio de chantajes, celos y manipulación en nombre del amor? ¿Por qué se les hace creer que se pueden vivir algunos momentos de felicidad a cambio de muchos episodios dolorosos? ¿Por qué deben sacrificarse? ¿Por qué el amor debe doler?
Así como hay libros, series y películas, existen muchas canciones que promueven la idea del amor romántico, de dar todo por amor, podría mencionar múltiples ejemplos, sin embargo, creo que puede ser un ejercicio interesante el escuchar y analizar las canciones.
Tengo unos meses colaborando como voluntaria en una asociación civil que acompaña a mujeres que viven en situación de violencia, se imparten talleres para prevenir la violencia de género, combatirla y denunciarla, en una de las sesiones se habla sobre el amor romántico y sus mitos, mismos que pueden llevar a vivir una situación de violencia. La violencia no solo es física existe también la violencia psicológica, mediática, patrimonial, sexual, económica, obstétrica entre otras.
Es importante reconocer que las personas somos completas por nosotras mismas, no se necesita una pareja que nos complemente, una pareja acompaña y comparte la vida por tiempo definido o indefinido, si alguien no tiene pareja no está destinada a ser infeliz, la felicidad se busca de manera personal, incluso si se tiene pareja. No es responsabilidad de mi pareja hacerme feliz, ni la mía hacerlo feliz, les invito a dejar de vender y comprar la idea de la media naranja.
¿Cuántas personas, en su mayoría mujeres viven en situación de violencia, por perdonar una y otra vez? El amor no implica sufrimiento, ni sacrificios, una relación sana pone límites, establece acuerdos que enriquezcan la relación en donde se busque el bienestar y el desarrollo sano e integral de ambas partes.
Tal vez mientras lees mis palabras pienses que no creo en el amor, creo en el amor, primero en el amor propio, hoy sé que no puedo dar lo que no tengo, si no hay amor para mí misma, no puedo amar a otra persona. Creo en el amor que comparte y acompaña, el amor que respeta y genera empatía, sobre todo creo en el amor libre de violencia.
3 comentarios
Añade el tuyo →Un gusto leerte y una fortuna para muchas mujeres poder estar contigo en un taller. Seguimos aprendiendo y avanzando!
Me encanta leerte , y es de mucha importancia tener amor propio .
Ojalá y siempre busquemos el diálogo con las nuevas generaciones para seguir guiando a los jóvenes .
Gracias por leer Martha