—Teacher, ¿dónde está tu cuarto?, ¿en dónde duermes?
—¿Cómo…? Pues en mi casa, y duermo en mi cama.
—¡Por eso! Dime dónde.
La primera vez que ocurrieron este tipo de diálogos, no comprendía a que se refería mi pequeño alumno. Hasta que unos días después me preguntó que adónde había ido, porque al llegar por la mañana nos encontramos en la puerta de la escuela.
—Pues vengo de mi casa, ¿y tú? —le respondí como si nada, pero al ver su mirada confundida entendí lo que pasaba: él creyó que yo vivía en la escuela.
Trabajar con niños pequeños no es cualquier cosa, es de lo más retador que he hecho pero también de lo más gratificante. No hay día en que no suelte una carcajada libre y sonora, ni día que no me asombre su visión de la vida. Y ni qué decir de esas infinitas preguntas, tan profundas que pudieron haber sido proferidas por Aristóteles o Platón.
Convivir a diario con bebés, niños y niñas hace imposible perderme en nimiedades, y aun cuando hay días en que llego agotada a casa, son aún más los que vuelvo cargada de energía infantil. Tal vez se nace para ser maestra; tal vez el ser madre me sensibilizó para serlo; tal vez fue el destino lo que me hizo abandonar mi vida anterior para quedarme aquí en este pedacito de cielo.
Lo que sí sé es que para mí estos niños son mis otros hijos, prestados por un rato —un entrenamiento para cuando mis hijos Diego y Pablo partan y vuelen alto. Se me romperá el corazón cuando se vayan a otros rumbos, otros lares, pero no hay dolor que valga más la pena que el que se combina con orgullo en el corazón por lo aprendido, y una sonrisa en los labios por el cariño recibido.
9 comentarios
Añade el tuyo →Esa humanidad que te caracteriza Renata es única, se percibe desde la primera vez que se tiene contacto contigo, gracias por hacer esos momentos mágicos para nuestros pequeños. Un abrazo con mucho cariño, feliz día del maestro❤️
Muchísimas gracias por tu comentario Rox, disfruto mucho ver crecer a nuestros pequeños.
Es padrisimo q lo q hacen sea de vd de corazón. Disfruto mucho leerte y te admiro mucho. Gracias por ser parte de la infancia de mis pequeñas.
Muchas gracias a ti por la oportunidad de compartir tantos años con nosotras. Un abrazo!.
Hola Renata
Como siempre excepcional y con esa gracia natural de saber cuidar niños
Hola Renata
Como siempre excepcional y con esa gracia natural de saber cuidar niños como cuidaste de los míos en esta etapa tan especial de su vida y que ellos recuerdan con tanto cariño
Muchas gracias Claudia. Gracias por la confianza de prestármelos por un ratito pues son lo más valioso. Un abrazo.
Hermosas palabras, gracias por ayudarnos en esta capacitación para que puedan volar.
Gracias a ustedes por permitirme compartir con ellos. Hace tantos años que los vi pequeños y siguen sus caritas en mi corazón.