Orgullo y prejuicio es un clásico de la literatura inglesa que, a mi manera de ver, representa la búsqueda de la felicidad. La protagonista, Elizabeth Bennet, busca (y no) encontrar una pareja por la cual ser transformada y seducida. Su contraparte es Mr. Darcy, quién cumple con la frase: es una verdad universalmente aceptada que todo soltero en posesión de una gran fortuna necesita una esposa. Ambos son el contraste entre el orgullo y el prejuicio, un cúmulo de cualidades y fallas de carácter.
Elizabeth es una heroína fuera de lo común, mi favorita de todas las creadas por Jane Austen. Es independiente, racional, femenina, vulnerable y fuerte a la vez. Satírica y sagaz, hace que su voz sea escuchada, argumentando y debatiendo sobre su mundo. Encuentra a su par en Darcy, quién reta su intelecto y costumbres.
En este romance de ficción, ambos personajes están en busca de la felicidad desde lo racional —lo cual es fútil— dando importancia a las cualidades personales y morales del otro para mejorarse a sí mismo. Hombre y mujer deben caminar juntos como iguales, sobrepasando así los convencionalismos de la época, donde el matrimonio era una institución política, parte importante del orden social.
Jane Austen se adelanta a su época creando un personaje que no cuadra con los roles femeninos de la Inglaterra de finales del siglo XVIII e inicios del siglo XIX. Da a conocer las limitaciones que viven las mujeres, sus derechos y obligaciones, las elecciones morales que toman, sus errores y consecuencias. Es un libro conservador en forma, pero subversivo para su tiempo. Su estilo es indirecto — libre — haciendo uso de un narrador omnisciente que tiene acceso a los sentimientos y pensamientos de los personajes. En su momento, fue innovadora por el uso de los diálogos y estilo al narrar acciones. Además, Jane es muy divertida al tratar los temas de género, amor, reputación, integridad, clases sociales y familia.
Me parece increíble que, a pesar del terreno ganado por las mujeres, la igualdad entre los sexos es un tema que permanece vigente en la actualidad. En varias partes del mundo padres, hermanos o esposos, siguen determinando la existencia de las mujeres. Creo en la libertad e igualdad entre los sexos. También que los niños valen lo mismo que un adulto. Veo la vulnerabilidad humana, lo fugaz de nuestra existencia y que todos nos encontramos en una búsqueda personal para encontrar sentido.
¿Por qué sigo leyendo y releyendo este libro? La primera vez que lo leí se convirtió en parte de mi educación sentimental, haciéndome reflexionar sobre que tipo de pareja quería tener en un futuro. Ahora, más de treinta años después, encuentro nuevos sentidos entre sus páginas como madre, esposa y mujer. Me gusta el estilo detallado de Austen al retratar la vida cotidiana, transportándome a la intimidad del hogar y al disfrute de los pequeños placeres. Entre sus páginas existo, por un momento, en otra era donde la vida era más pausada. Un espacio lleno de largas caminatas en la naturaleza, de cortejos románticos y secretos entre hermanas. Una ficción con la que me puedo conectar, porque me gusta el pasado, lo histórico, la caballerosidad, el romance y la universalidad de los valores que nunca pasan de moda. Recomiendo leer a los clásicos pues permiten conocer nuestro pasado.
Pride and Prejudice
Jane Austen
Penguin Classics
435 pages