—¿Qué pasa?, ¿cómo estás?
—Me siento muy mal, ya quisiera morirme.
—Pues eso sólo cuando Dios quiera.
—Pues que ya quiera.
—Se lo pediré.
—¿Y si me ayudas?
—¿A qué?
—A morirme.
—¡Ay! Te quiero tanto, quisiera que ya no sufrieras, pero… yo no puedo…
—Ya sé… sólo que ya me cansé, siento que ya no puedo más…
—Lo sé, se te nota que estás cansada.
—Algo he de estar pagando para estar así y que Dios no me recoja.
—¿Sabes…? Que tú estés así ha acercado a mucha gente…
—¿Crees…?
—Sí. Todo esto es parte importante de tu vida y de las nuestras.
—Pero yo no quiero dar molestias.
—Muchos necesitaremos cuidado en algún momento.
—¡Ay! Mejor que se enferme otro. Yo ya me cansé.
—¡Lo sé! No nos gusta verte sufrir.
—Entonces ayúdame.
—¿Cómo?
—Sé que no me vas a ayudar a morirme ya. La verdad es que ni yo quiero. Me da miedo.
—Pero entonces dime, ¿cómo te puedo ayudar?
—Sólo acompáñame y déjame decir que estoy cansada, déjame enojarme, déjame reprochar, déjame tener miedo.
—Me alegro de que lo puedas compartir conmigo.
—No puedo dormir, tengo miedo.
—¿Quieres que recemos?
—Sí, pero después me lees.
—¿Qué quieres que te lea?
—El cuento divertido que me gusta.
Al escuchar el cuento
ella sonríe un poco, hasta
quedarse dormida.
La veo consumirse
cada vez más.
Se me desgarra el corazón.
Ella, sin perder su firmeza,
llora sólo por dentro
para dar fuerza a los que ama,
para enfrentar con dignidad.
Ahora que no está,
sé que esta vida son instantes,
y el sufrimiento, temporal.
Que la enfermedad misteriosamente
derrama amor en todos;
que el cuerpo sana al alma lo necesario
para dejarla volar libre hacia un mundo donde quizá
ya no encuentre respuestas, pues habrá
dejado de tener preguntas;
ya no busque alivio y consuelo,
pues habrá dejado de sentir dolor.
11 comentarios
Añade el tuyo →Es tradición que escribas de manera sorprendente. Sin embargo en esta ocasión no estoy de acuerdo con el contenido el Dios en quien yo creo no manda sufrimientos para liberarnos, simplemente es parte de nuestra humanidad la
Salud y la enfermedad.
Para mi tampoco el sufrimiento lo manda Dios. Es realidad de la vida y está en nosotros darle sentido. Gracias por leerme, querida Gaby!
Wow parece mentira, pero he conocido a muchas personas que pasaron por estoyo siempre juzgaba dentro de mi, pobre está deprimidahasta que tú lo vives‼️hace pocos días me di cuenta de que ni los psicólogos pueden ayudarte, te llevan de la mano y provocan que tú mismo te deseo cuenta, que es imposible que te curen, o sanen hasta que, terminas aceptando que todo lo que la vida te pone es lo que es y lo qué hay‼️La aceptación es lo único que Cura‼️gracias por esas amigas que te escuchan y te curan el alma‼️
Gracias Lume por esta lectura, corta pero llena de recuerdo y sentimientos de cuando mi mamá vivía, sentí que estaba hablando con ella en sus últimos días.
Graciassssss
Lume, me parece muy bonito todo lo que escribes. Especialmente este dónde está la frase: la enfermedad derrama misteriosamente amor en todos. Muy acertado ya que de cierta manera nos acerca aún cuando haya dificultades. Felicidades por tu obra escrita en esta vida
Es la verdad y mientras más pasa el tiempo se va tatuando todas las palabras en la piel. Gracias pir compartir ⚘
«habrá dejado de tener preguntas»…me encantó esa frase, somos una incógnita viviente que se debate entre lo humano y lo divino. Me encantó tu escrito, difícil estar preparados para hacer y ser una buena compañía en esos momentos, olvidamos que el solo estar no requiere mas que de compasión. Te abrazo Lume, sigue así de productiva!
Me recordaste a una persona muy querida,q vivimos muy de cerca.Gracias Lume,un abrazo.
La lectura me recordó a una persona muy querida,q vivimos muy de cerca.Gracias Lume,un abrazo.
Felicidades
Un abrazo lumela
Letty
Gracias Lumela.