Las mejores y más necesarias vacaciones

¿Quién no extraña esa estupenda sensación de salir de vacaciones? Esa que se sentía cuando habías aprobado tu último examen y ya no tenías ningún pendiente. No importaba si tendrías un viaje o no, el simple hecho de saber que no había ya un horario de clases ni tareas, ni obligaciones y que tenías todo el tiempo libre del mundo era de verdad una maravillosa sensación. Las vacaciones estaban señaladas por un calendario: las de verano, las de Semana Santa y las de Navidad.

Al crecer y ser madre de familia el calendario marcaba una diferencia de actividades, mas no de responsabilidades, y desde entonces es así. Esa sensación de libertad que sentía de niña y de adolescente, no se vive ya tan fácil. Con la añoranza reconozco la importancia de gozar de ese tiempo para desconectarme y desprenderme de preocupaciones. Ponerle un alto a mis actividades y dejar de sentirme abrumada por las obligaciones. Evidentemente, ya soy una adulta y no puedo ni quiero renunciar a mis deberes, pero tampoco quiero privarme de ese gusto de sentirme confiada de que nada me falta y de que todo estará bien. Quiero reafirmarme en esa capacidad de vivir el presente sin mortificarme por lo que aún no pasa. A medida que corre el tiempo, me parece más complicado lograrlo. 

Me urge, necesito, no precisamente una dosis de muchos días de vacaciones, sino una continua recarga con lapsos breves en los que pueda reconectarme en paz con mi capacidad de juego y creación para lograr un equilibrio emocional, lo cual ya no depende de ningún calendario o lugar, sino que está enlazado a mi capacidad de respirar, de meditar, de orar y de vivir el presente; a realizar actividades que me absorban completamente para olvidar cualquier pendiente, dolor, pena o preocupación.

Tener una afición: correr, pintar, leer, escribir, tomar una copa con amigos, escuchar música, bailar, reírme a carcajadas, perderme en el bosque, en un amanecer, degustar mi comida favorita, contactar con los que quiero. En fin, cualquier actividad en la que active todos mis sentidos, toda mi alma, es ahora mi mejor vacación.

7 comentarios

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Gracias Lumela, ahora depende de nosotros tomar esos tiempos y respirar un poco, como tu dices para alimentar el alma.
Saludos

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