Me encantan los lugares comunes que surgen de repente donde parece que nada embona.
Ese punto de encuentro con quienes podría diferir.
Esa sensación de igualdad con quien lucha de manera diferente a la mía.
Ese descubrimiento de que con mis opuestos tengo mucho en común.
Ese lugar que ambos vemos, pero desde diferente perspectiva.
Tenemos en común cosas triviales y cotidianas, que parecen no importantes, pero que en realidad son lo más trascendental de nuestras vidas.
Eso simple que suele ser lo más significativo, un punto medio donde es posible coincidir.
Como un estadio donde el grito por un mismo equipo iguala a todos, como una mesa que abraza a los que comparten comida y palabras; como un parque donde sol, bancas y juegos son para todos; como una estancia familiar donde dejamos de ser yo para ser nosotros.
Cuando descubro ese punto de coincidencia con quien me pienso tan diferente, me siento cercana e igual a cualquiera.
Todos buscamos de mil maneras sentirnos amados.
Todos tenemos ese anhelo de pertenecer y ser aceptados.
Cuando encuentro ese lugar común, recuerdo que somos de la misma especie que vivimos en la misma tierra.
Al ver mi lugar común con otros descubro que no tengo enemigos reales, solo diferentes heridas que juntos podríamos sanar.
8 comentarios
Añade el tuyo →Me encantó!!!
Gracias por leer!
Lumela!!! Como siempre enriquecedor.
Gracias a las diferentes maneras de ver la vida el mundo avanza…
Gracias Gaby! Ampliar la mirada enriquece
El último párrafo vale oro Lume, gracias
Espero sigamos compartiendo este lugar común muchos años más. Un abrazo!
En un lugar comun siempre nos descubrimos el uno al otro. Muy bonita reflexion. Felicidades.
Muchaa gracias por leernos!!