Chale, no sé que hacer, se me olvidó meterme el pinche teléfono
Para acabarla de fregar creo que todos están en el patio.
—¡Mamá! ¡MAMÁÁÁÁÁÁÁ!
¿Qué pedo? Igual si hubiera traído el teléfono y le mandaba mensaje ni lo hubiera visto….
A ver ¡no manches! Que chido está la revista de gamers que le pedí a mi papá ¡¡¡No me lo puedo creer!!!… y este sobrecito huele chido, “sachet de lavanda” ¿Pa’ que sirve esta madre?
—¡Páaaa! ¡papáaaaaaaaaa!
Ni al caso que esté gritando como menso, y ¿si empujo la puerta? ¿Se abrirá? ¡¡Fuck!!, no se puede…
Y si… ¿qué hago???? ¿llevo cuánto tiempo aquí? Yo ni quería venir, me choca cuándo no hay opción, mejor me hubiera quedado en la casa, hubiera dicho que tenía tarea, a mi hermano siempre le creen…
Y si … ¡¡El vecino!!! ¿Será que me escuche? ¡No manches!
—¡¡¡OYE! ¡¡Si me escuchas!! ¡tú! El que acaba de llegar, ¡Estoy en el baño! ¡¡¡No mames!!! ¿Qué pedo con este wey?? Ni se inmutó ¿Qué hago??? ¿Qué hago???
¡¡Sí!! En este cajón hay unas madres de esas para el pelo. ¿Y si lo meto a la cerradura?? Fuck… no puedo…
¿Cuánto ha pasado? Creo que ya le bajaron a la música, no puedo creer que nadie tenga ganas de mear. Ni Martín se acerca, ¿Qué haré? Ya hasta me canse.
—Martín, ¿Estás ahí afuera?
—Si wey, quiero hacer pipí. —contestó Martín el hijo de los amigos de mi papá— pero no sabía que estaba ocupado.
—¡¡¡No te vayas!!! Está atorada la puerta, ¿Cómo se abre?
—Jajajaja, pinche Emiliano, no manches no más tienes que quitar el seguro que se pone abajo, es como una trabe, como la de los baños de los restaurantes.
—¿Qué pedo? Pos si ya la jalé y no abre. No estoy tan pendejo.
—Ah entonces si se trabo, deja le hablo a mi jefe para que te abra.
— Pinche pena, aquí atorado 15 minutos y nadie venía. Para la otra no le hago caso a mi mamá que le choca que meta el celular al baño. Ni pedo ahora vámonos a echar una partidita de Fifa.
