La mujer de la canasta

Cuentos de mi ciudad

Camina a paso rápido con su canasta llena hasta el borde. Recorre las calles buscando su próxima víctima. Se acerca con una sonrisa extraña mientras fija su mirada intensa en tu cara. Ojos azules que relucen en ese rostro dorado debajo del sombrero de paja. No comprendes porqué, pero parece que sus arrugas no le pertenecen.

Acumula distancias día tras día por la ciudad. Sus palabras buscan convencer, a causa del agotamiento, para que lleves lo que vende. Una vez que le has comprado jamás te dejará en paz. Pues su memoria extraviada recuerda cuando alguien ha sido amable con ella. Con una mezcla de fascinación y miedo la veo pasar por los lugares que recorro, como un reloj que marca siempre la misma hora.

Un día escucho que no la encuentran. Su madre se ha dedicado a preguntar por las esquinas de nuestro pequeño cuadrante. Historias surgen de todos lados, historias que no concuerdan una con otra. Algunos dicen que la vieron vendiendo galletas fuera de la iglesia. Otros caminando sola por la noche aún con su sombrero puesto. Unos más riendo con un extraño en un puesto de tacos.

Mientras todos se enteran de su vida, de su hijo sin padre, de porqué la llaman la loca de la canasta, pasa el tiempo y los surcos creados por sus pasos la extrañan. Se suceden días y noches, hasta que otra vez su intimidante presencia me encuentra. Se dice que se la llevaron a navegar entre las olas, a vivir experiencias que su mente confundirá sin saber qué es realidad o mentira.

Ella lo tenía todo. Ella se perdió a sí misma en sus años mozos. En las garras de aquello que rompe familias y corazones. En sustancias que modifican la conciencia; que a veces la perturba, a veces la destruye. Ella pudiera haber sido yo, tú, cualquiera.

Conmovida, aminoro mi pesar comprando lo que lleva para venta en su canasta.

2 comentarios

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Así es Cristy. No debería normalizarse. Quiero visualizar el aspecto de la enfermedad mental producida por las drogas, una desaparición y la impresión que esta historia me causa. Muchas gracias por leer.

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