La página en blanco está frente a mí. Con este tema no sé por dónde comenzar.
Veo a mi México tan revuelto, tan desorganizado, tan lejos de lo que queremos.
Vivir en un país lleno de violencia no es algo fácil de asimilar.
Está todo tan patas pa’arriba que cuesta resumir en unas líneas lo que acontece y todavía más difícil descifrar lo que sentimos. Enojo, hartazgo, decepción, asombro, tristeza, frustración, dolor…
Podría enlistar las altas cifras y estadísticas que evidencian lo que todos sabemos y vemos día a día.
¿Cuántos robos hay?
¿Cuántas personas son asesinadas al día?
¿A cuántos los desaparecen?
¿Cuántas mujeres son violentadas en sus casas?
¿Cuánto se ha elevado el Índice de drogadicción?
¿A cuánto ascienden los montos de corrupción?
¿Con cuánto sobrevive una familia?
¿Cuáles son los datos referentes al trato de blancas, abuso a menores e inocentes, presuntos culpables sin sentencias, juicios comprados e inconclusos?
¿Qué porcentaje de la población pertenece a cárteles o al narcotráfico?
¿Qué porcentaje de políticos sólo está interesado en su beneficio personal?
Estos son solo algunos sin sentido de los que quizá encuentre cifras muy rápido, alarmantes y descabelladas, con datos que se quedan cortos pues no todo se reporta ni todo se cuenta.
Hay otras preguntas que aún son más complicadas de contestar, y que es urgente que nos hagamos.
¿Nos hemos acostumbrado a vivir con esta violencia?
¿Hemos perdido la capacidad de asombro o preferimos no pensar tanto en ello para que el miedo no nos paralice?
¿Nos hemos conformado a saber que en este país no se aplican las leyes? ¿Qué se juega con ellas a conveniencia? ¿Creemos que no es posible aplicar justicia? ¿Hemos aceptado la impunidad?
¿Estamos esperando que todo se solucione por arte de magia?
¿Rezando ocurrirá un milagro?
¿Cuántos asumimos nuestra propia participación en todo esto, por mínima que sea?
¿Cuántos más se irán del país, ya sea por necesidad o porque eligen dejar tanto problema atrás?
¿Qué tanto es el resultado de nuestra propia indiferencia?
Hablar compromete, quizá por ello mejor callamos.
O quizá todo lo que se diga sería insuficiente.
Hay tantas páginas en blanco, tantos silencios. Se que es irresponsable abrir la boca sin tener conocimiento de lo que se dice, pero también sé que no decir nada es conceder, por eso dejo aquí estas preguntas.
Quiero una página que hable, que denuncie.
Quiero expresar mi inconformidad.
Te invito a que expreses la tuya, porque este México violento no somos todos.
México somos más.
3 comentarios
Añade el tuyo →Qué tan responsables somos de lo qué pasa?
La repuesta es todos somos la solución y todos somos la causa.
Cambiemos de manera que los que nos rodean estén mejor y poco a poco todo mejorará.
Antes de que nos acostumbremos
Yo no quiero dejar de hacer lo que pueda, porque no estoy conforme con el país en que vivo y en el que he vivido toda mi larga vida. Mi página no se quedará en blanco, aunque algunos no concuerden conmigo, lo haré porque mi intension es un Mexico mejor para mis descendientes.
Gracias Hermana!!!
Algo tenemos que hacer!!