En un rincón de la vida, la Catrina se asomó,
buscando en un lugar común, a quienes tanto admiró.
Primero llegó Adry, con su pluma noble,
escribiendo cuentos que al alma envuelven.
Luego Lume, alma libre, con versos brillantes,
nos invita al discernimiento y a debates vibrantes.
Macri enfocada, siempre en su sendero,
teje historias con hilos de su destino sincero.
Denise, divertida, hace reír sin cesar,
sus reseñas y relatos son un festín sin par.
Renata, inteligente, con mente brillante,
redacta ensayos de forma deslumbrante.
Y Myriam, con calma, escribe,
sus letras son abrazos que el corazón recibe.
La Catrina, sorprendida, de tanto talento,
bailó en el papel, en un festín de aliento.
Así, las seis se unieron, entre risas y café,
la muerte aplaudió su arte, ¡qué bien lo hacen, en verdad!
Es evidente que juntas su ingenio florece,
pues en un lugar común, su luz nunca fenece.