La tía Lola cumple 100 años. ¿Quién vive tanto?
Tal vez un necio o un insensato. Un alma joven. O quien tiene una deuda con el destino.
Por tal motivo se organizó una fiesta.
Los hijos, nietos y bisnietos.
Tienen el agrado de invitar a usted a la misa y fiesta que ofrecerán con motivo de cumplir 100 años la
Sra. Dolores del Vivar Andalco viuda de Martínez.
Que se realizará el 11 de julio del año en curso en la Hacienda de los Olivos a las 7:00 pm.
Hoy recibimos la invitación. La tía Lola es la última sobreviviente de su generación. Ha visto partir a sus padres, esposo, hermanos y amigos. Tiene el récord de despedidas. No me gustaría estar en su lugar.
Respondo a la convocatoria de forma amable.
Allí estaremos para celebrar con ustedes esta fecha tan importante. Dios nos ha bendecido con muchos años de cariño de la querida tía Lola.
Imposible no pensar en todas las mujeres longevas de la familia. Mi abuela vivió 95 años sin enfermedad grave. Murió como los pájaros. Con el último rayo de luz se abrigó, se acurrucó en la cama y jamás despertó.
Su hermana menor vivió casi una centena. A ella no le fue tan bien, tenía la cadera rota, el alma también.
Lo admito. Me aterra llevar en mi sangre la herencia genética de una vida longeva.
Recuerdo que cuando mi hija era muy pequeña y mi abuela estaba de visita en casa nunca quería sentarse junto a ella. Yo le decía, no te preocupes es tu “bisa” que te quiere tanto. ¿Por qué no quieres estar a su lado?
Entonces se acercó a mí y en secreto susurró:
— Es que se va a morir.
Creo que al igual que yo también tiene miedo a la vejez.
Llegó el día del festejo. Por supuesto la tía Lola era el centro de atención. Junto a ella está su hija quien le cuida desde hace 30 años. Su rostro no oculta los estragos del servicio. Doncella de día, enfermera de noche. Trabajo fiel de tiempo completo. Viste una delgadez que entristece, tiene el cuerpo marchito. Mientras tanto su madre, la longeva, la de pasos cortos, la que se orina varias veces al día en sí misma, luce rozagante, brillante, casi inmortal.
A veces creo que la tía Lola es en realidad una sanguijuela con mandíbula voraz que se alimenta de la sangre de su primogénita.
¿No te das cuenta que te come?
¿Qué te roba el aire?
Estás enferma. Eso es.
Estás perdiendo la vida de a poco y no te has dado cuenta.