Primera clase de yoga

Modo zen activado. ¡Qué suerte que no me puse las calcetas con hoyo! ¡Imagínate que me quito los tenis y sale a hacer saludo al sol el dedo gordo!

Me urgía entrar a clases de yoga, que bueno que me animé porque las deudas y lo emprendedora están acabando con mi alegría de vivir. Ay Sonia tu tan alegre y carismática que eres y ¡si te estás poniendo poquito amargada! 

¡Escucha! Dice la maestra que cerremos los diálogos que tenemos en la mente, entonces “adiós otro yo parlanchín”. Disfruto la posición. ¡Ay! Se me acalambra la pierna, tengo cero elasticidad. ¡Qué bonito lo hace la chava de a lado, parece liga! Sonia, ¿cuál es el primer consejo que dijo la teacher? No te compares con nadie. Esta disciplina brinda el momento ideal para estar tú contigo y aceptar lo que te dice tu cuerpo y alma… mmm… Me está diciendo que creo que el celular que suena a lo lejos es el mío, ¡No lo puse en silencio, qué pena! A ver si no saco de su meditación a todas. ¿Quién me estará marcando? Seguro La Regis para irnos por unas cheves, qué sed me dio.

Me está desesperando la lentitud de cada movimiento pero debo enfocarme en mi intención. Si fuera fácil controlar la mente y llegar a un estado de meditación este mundo sería distinto, no que ya ves puro loco sacando sus frustraciones y violencia que llevan dentro, por ejemplo en el estadio del Querétaro y en mil partes más del mundo. ¡Me quejo de la guerra en Rusia y aquí estamos igual de neuras!, en fin. Sonia, tú debes de contribuir a la paz mundial empezando por tu paz interior. Sí, exacto, quiero ser capaz de profundizar en cada postura para alcanzar un desarrollo interno. 

Qué bonito lo que dice la maestra. Me perdono por no ser justa conmigo, dejo a un lado las expectativas y me acepto tal cual soy. Sonia eres grande, siempre tienes esas ganas de probar cosas diferentes, eso te hace única. Respira profundo. Visualiza esa luz que recorre tu cuerpo. Estoy aquí y ahora, la energía vibra en y dentro de mí hacia afuera hasta conectar con todo ser viviente. ¡Siento que floto! Aunque sé que me he de ver chistosa con las pompas al aire haciendo el perro feliz pero pues así me siento: feliz, plena y relajada.