La tierra de la gran promesa: Juan Villoro

Lo primero que me salta a la mente al empezar a escribir esta reseña es que terminar este libro fue como leer cinco libros al mismo tiempo, todos unidos por un tema en común: El dilema moral, social y existencial de los seres humanos, sobre todo aquellos que viven en países como México.

La tierra de la gran promesa es una novela contada con un narrador testigo que sabe todo lo que se mueve dentro de Diego. Él es un exitoso documentalista pero un acontecimiento en su juventud lo persigue durante décadas, nublando la percepción de sí mismo. 

Villoro con este thriller también nos sumerge en la realidad del México actual. Nos lleva por las redes del narcotráfico, lavado de dinero, delitos de cuello blanco, todo difuminado por  una moralidad cambiante y una ingenuidad cegadora. 

“El Procurador pertenecía a otra zona de las irregularidades normalizadas: la penumbra de los cadáveres que flotaban en los ríos, los dedos que llegaban por mensajería, los alaridos en la noche, los balazos que la gente quería confundir con cohetes, el infierno circular que comenzaba y terminaba en la mesa de la justicia.” 

Diego habla en sus sueños y Monica, su esposa, quien es sonidista de profesión, es testigo de su parte más íntima y vulnerable. Con esto el escritor nos retrata algo a lo que rara vez le prestamos atención, todos somos testigos de alguien. Siempre estamos observado y juzgando a alguien. Además, el ser testigos involuntarios somos también cómplices de lo que sucede. Este tema me hizo cuestionar el dilema de hasta dónde somos víctimas de nuestras circunstancias y hasta dónde la indiferencia nos hace ciegos a incendios devastadores.

“Todos somos intermediarios de algo que ignoramos.” 

En un país controlado por el narcotráfico y la corrupción, con la violencia a la alza es imposible no banalizar el mal, por consiguiente somos el reflejo de lo que el sistema quiere que seamos. Con cada capa que traspasamos en la lectura descubrimos un nuevo conflicto que nos enreda en la moralidad de buscar el bien mayor o el circunstancial. 

Al igual que Diego, Villoro lleva al lector a incomodarse con su realidad, a cuestionar su yo social, privado e íntimo pero sobre todo a aceptar que el rencor hierve más que nunca en nuestra mexicanidad. Muchas veces mal dirigimos los reclamos, nos disfrazamos con el anonimato que brindan las redes sociales y somos capaces de sacrificar a alguien por el mero hecho de haber nacido con privilegios que a aquel que manipula y tuerce la verdad en su beneficio.

 “Ser rencoroso es la manera Mexicana de tener buena memoria.” 

Los títulos que se van resignificando a lo largo de las novelas me gustan mucho. Empezamos sabiendo que La tierra de la gran promesa es la película polaca que se estaba exhibiendo en la cineteca cuando se incendió en 1982. Se quemó todo el acervo que había, incluida evidencia de lo ocurrido en el 68. Nunca se esclareció cuántos muertos hubo ni porqué ocurrió el accidente. Conforme avanzamos, la tierra de la gran promesa se pone en tela de juicio hasta llegar a convertirse en una ironía.  Pero también, La tierra de la gran promesa puede llegar a ser la tierra prometida. Como dijo el escritor en la plática que tuvimos con el club de lectura: “los seres humanos debemos padecer de esperanza crónica”. Es lo único que nos guía a lo correcto, a la oportunidad de volver a intentar.

«El bien opera en gran escala, busca cubrirlo todo con su manto: la bondad generaliza. En cambio, el Diablo busca el detalle, es particular. Por eso hay que revisar las actas: el demonio escribe con erratas.» 

Además, viene mezclado con ensayos cortos antes de cada capítulo, los cuales ayudan a darle fondo a la historia sin alargarla más de lo necesario. También, en ellos, cuenta datos, noticias y verdades analizadas por el ojo crítico del escritor.

Es un libro que me encantó, lo recomiendo ampliamente a lectores intermedios o avanzados ya que la pluma de Villoro reta. Si te gusta leer sobre cine, la realidad actual, corrupción, narcotráfico, cuestionamientos morales y existenciales este libro no te defraudará. Además el arte está presente en todo  momento como aquella expresión del caos.

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