La llegada del otoño

El ser humano nace, crece, se reproduce, envejece y muere.
El año tiene 365 días y se divide en doce meses. Durante los cuales hay cuatro estaciones: primavera, verano, otoño e invierno.
Un día tiene veinticuatro horas, dividido en mañana, tarde y noche.
El ciclo menstrual generalmente dura veintiocho días con tres etapas: folicular, ovulatoria y lútea.
La luna tiene 4 fases primordiales: nueva, creciente llena y menguante.

Esta manera de dividir en fases, ciclos, etapas nos ayuda a tener cierto orden y pertenencia.

A punto de cumplir cincuenta años siento que mi vida está entrando a su propio otoño. Esta estación me recuerda que el cambio es inevitable, pero también es maravilloso.

Siento que en este punto de mi vida puedo abrazar los cambios con gratitud y un poco de valor. Llevo tiempo preparándome para para buscar mi paz interior. He acumulado experiencias, conocimientos y amistades que atesoro. Estoy segura que las que están presentes en este momento me acompañarán hacia las etapas por venir. A las que se han ido les doy las gracias por sus enseñanzas y las dejo ir amorosamente. 

Por lo tanto, es momento de soltar lo que ya no me sirve, dejar atrás las preocupaciones innecesarias y centrarme en lo que realmente importa: mi familia, el amor, la amistad verdadera y sobre todo en mí misma.

Soy una mujer valiosa, viviendo mi propia estación. Hoy atesoro mis arrugas, mis cicatrices, mis canas y mis dolencias. A medida que avanzo hacia esta nueva década, procuraré dejar atrás mis creencias limitantes y disfrutar la serenidad en la que me dejaré ir. Espero que mis cursos, talleres, y toda mi preparación me lleven a florecer tal vez, de otra manera.

Por cierto, el otoño siempre ha sido mi estación favorita así que bienvenidos los cincuenta, que sean una gran celebración. ¡’ámonos!