Francisco, soltando…

Me formé en el catolicismo y, durante mucho tiempo, lo abracé con convicción. Me sostuvo, me dio sentido, me dio palabras. Pero con los años, la realidad cotidiana fue dejando de encajar con lo que me ofrecía. Fui cambiando. Fui creciendo. Y esa fe también fue transformándose. La manera de vivirla no me parecía tan congruente con el Dios en el que yo podía creer.

Hubo un momento en el que mi Iglesia dejó de tener el mismo sentido. Me sentí fuera de lugar, hasta que aparecieron los jesuitas. Gracias a ellos no me fui. Su forma de presentar a un Dios cercano, bueno, profundamente humano, me reconcilió con la posibilidad de quedarme. Por eso, cuando supe hace doce años que el nuevo Papa sería un jesuita, me invadió una alegría inesperada. Sentí esperanza. Ganas de que más personas, católicas e insatisfechas como yo, pudieran acercarse a ese Dios sin miedo, sin culpa, con libertad.

Sabía que Francisco no lo tendría fácil. Cuando alguien elige amar más que obedecer al pie de la letra, cuando se prioriza el encuentro sobre la norma, se corre el riesgo de incomodar. Desde el inicio fue claro que su intento de transformar desde dentro tocaría muchas resistencias. Y vaya que las tuvo. Fue criticado, acusado, señalado. Pero yo sigo agradecida. Agradecida porque tuvimos un Papa incluyente, valiente, capaz de abrir grietas en estructuras endurecidas. Un Papa que, con solo decir “¿Quién soy yo para juzgar?”, nos enseñó más sobre el amor que muchos tratados.

Ahora que Francisco ya no está, mi deseo profundo es que quien le suceda no se encierre entre etiquetas como “conservador” o “progresista”. Que sea, más bien, alguien que abrace de verdad. Que escuche con el corazón, no desde el miedo, la rigidez o la nostalgia de un pasado idealizado. El mundo necesita otra cosa. Francisco lo entendía.

Él sabía que el ambiente no era solo el planeta en sentido físico, sino una red sagrada de relaciones: entre personas, con la tierra, con la economía, con la cultura. Sabía que en esa red la vulnerabilidad pega en quienes son siempre más golpeados. Nos dijo sin rodeos que vivimos en un mundo que puede volverse un basurero si no lo cuidamos colectivamente. Y en eso creo. En cuidar la vida. En abrazarnos con libertad. En seguir creyendo que podemos ser todas y todos diferentes, pero nadie menos.

Muchos egos disfrazados de moral por soltar.

Me gusta esta imagen de él, soltando una paloma al aire. Soltando, soltando, soltando…

6 comentarios

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Me encanto; Muchos egos disfrazados de moral. Que hermoso vivir al lado de esa enseñanza jesuita. Gracias porque la vida nos dio ese regalo. Ojala llegue un nuevo papa que continue en ese tono. Me encanta leerlas

Estoy totalmente de acuerdo, creo en un Dios misericordioso, un Dios incluyente, cercano, un Dios de amor , me encantan los Jesuitas, yo tuve una experiencia similar con los padres de Shoensttat, que te acercan a un Dios vivo, real y sobre todo misericordioso, que no deja a nadie atrás, te voy a extrañar Papa Francisco, pero tus enseñanzas permanecerán en mi, como lo han hecho todos estos años las del Papa Juan Pablo, gracias por tanto amor querido Francisco, y gracias por compartir

Bello, bello, Lume!! Así como lo sientes es la espiritualidad. Así era él, más espiritual que religioso, más humano amoroso e incluyente, que Papa.

Con el fallecimiento del Papa Francisco, el mundo se despide de un faro de amor, compasión y unidad.
Un verdadero servidor de la humanidad, alguien que abrazó al mundo como una sola familia y recorrió el camino del amor con humildad y gracia.
Opino igual al tener esperanza y fe en que el
Sucesor siguiente llegue lleno de paz a ocupar este lugar que nos dejó papá Francisco !!!
Recemos por él y por el nuevo sucesor

Esas reflexiones, hija, no me sorprenden, se que lo sabes decir y lo expresas muy bien, tal como siempre has sido, sincera. Ahora extrañaré más al Papá Francisco, de formación jesuita y de corazón universal. Gracias hija, Lumela Camarena Torres

Excelente Lume. Coincido contigo en tu forma de sentir y ver a nuestro Pastor, que ya ha dejado este mundo material.
Ya no tendrás dificultad para respirar. Descansa en Paz hermano Francisco

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