Todos tenemos algo de superhéroes, ¿a poco no?

Yo creo que hay muchas cosas que si las hubiéramos pensado más, jamás las habríamos realizado. Si lo hubiera analizado más a fondo, tal vez no hubiera tenido mis cuatro hijos. La perspectiva de cuidarlos y mantenerlos, realmente suena extenuante. Quizá tampoco me hubiera casado; el índice de divorcios va al alza, y aguantar a alguien hasta que muera él o yo suena agotador. Así como muchos no nos aventuraríamos en una relación o en perpetuar la especie, tampoco nos animaríamos a emprender negocio alguno, ni correríamos riesgos ni viajaríamos ni nos embarcaríamos en misión alguna o en compromisos o en querer a nadie. 

Al paso de los años descubres que no es uno quien tiene el valor. Este llega de una inspiración y confianza del más allá, sí, como Buzz Lightyear, que brinca al espacio con toda la confianza del mundo. Y aunque puede ser que caigamos al vacío, también resulta que mágicamente ha pasado el tiempo y esos bebés sobrevivieron ya a nuestros cuidados improvisados y a nuestro ejemplo, bueno o no tan bueno.

Hoy la más pequeña de mis hijas cumplió 21 años. Ha parecido un pestañeo. Muchos me dicen que a estas alturas ya no les puedo enseñar a mis hijos más de lo que ya hice cuando eran pequeños. Quizá sea cierto que lo que recibimos de niños deja una huella definitiva; sin embargo, me gustaría seguir teniendo algún impacto en sus vidas, pues creo que ahora soy una persona de la que se puede aprender más que cuando era más joven. Me conformaría con que pudieran constatar que a los cincuenta se puede y se necesita seguir aprendiendo, pues toda la vida está llena de sorpresas, por lo que continuamente se crea e improvisa.

Hoy ya tengo 27 años casada. También se ha ido volando. Y me resisto a creer que el matrimonio sea aburrido y rutinario. Los que nos hacemos tediosos somos nosotros si no nos renovamos. Como escuché por ahí: la pareja no es, la pareja se construye. Así que a echarle ingeniería y creatividad. 

Me entusiasma la nueva etapa que se avecina. Me parece retador seguir siendo mamá y esposa sin querer controlar, sin dar órdenes, sin que dependan de mí. Ahora escuchando. Acompañando. Compartiendo. Aprendiendo. Apoyando. 

En muchas áreas de esta vida no tenemos certezas, siempre habrá riesgo de un desastre, de un problema, de una catástrofe. Sin embargo, no me levanto de la cama pensando en eso. Empiezo el día creyendo que todo fluirá. La vida es movimiento y novedad. 

Confío que del más allá me enviarán los poderes que necesite conforme se requieran. Así, seré capaz de hacerme invisible cuando no quiera estar presente; seré muda cuando mi voz no sea necesaria; tendré ojos de lince para fijarme bien, y superoídos para escuchar entendiendo; seré fuerte cuando haya que luchar, y capaz de volar hasta donde me lleven nuevos aires. Lanzaré fuego cuando necesite ponerle pasión, o soltaré hielo para contenerme, pero, sobre todo, seré capaz de estirarme lo necesario para adaptarme al cambio.

Por último, si me fallaran los poderes —porque a todos de repente nos llega una kriptonita, ya me ha pasado—, sé que andará por aquí alguno de ustedes, superhéroes, a los que pediré que me rescaten. Los necesito para que me echen una mano y así seguir arriesgando juntos.

12 comentarios

Añade el tuyo →

No aparece mi comentario , se pierde .. pero me encanto Lume verdades , verdaderas … trascendencia para nuestros hijos otras etapas que ya son maravillosas… y por todo lo que hemos pasado y … así todo pasa .. increíble LA VIDA ES BELLA

Deja una respuesta