Forever friends

Tengo una amiga tan parecida a mí que bien podríamos ser hermanas.

Cuando estoy con ella es como verme en un reflejo. Tenemos el mismo tono de piel, una curvatura ligera al sonreír y una pasión desenfrenada por los puertorriqueños.

Nos conocimos en la preparatoria. Fue un tiempo breve el que estuvimos juntas pero suficiente para ser inseparables.

Al graduarse de la universidad trabajó para una importante empresa trasnacional. Se convirtió en una mujer exitosa. Al poco tiempo se mudó a Nueva York. Su oficina tiene una vista envidiable. Varias veces me compartió fotos de todo lo que podía apreciar desde las alturas.

Yo vivo en la provincia, no hay rascacielos y disfruto de una vida sencilla.

Después de la universidad trabajé por una década pero llegaron los hijos y decidí que serían mi empresa más importante.

Al pasar la vida se fueron borrando los rasgos afines, pero mantenemos una amistad entrañable.

En cierta ocasión le pregunté:

—¿Qué puede ver en mí una mujer como tú?—

Apareció en su rostro una ligera curvatura y contestó:

—Tú eres el lugar donde encuentro paz.

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Las lágrimas también hablan de felicidad y eso es lo qué haces que sienta cada que me tocas el corazón. Te quiero con toda mi alma (gemela).

Saludos a las dos. Las recuerdo con mucho cariño y Claudia siempre en mi corazón. Fuiste una mujer Super importante en mi vida

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