Estaban tres hermanos discutiendo acerca de las ventajas y desventajas del lugar que cada uno ocupa en el orden familiar.
El más pequeño dijo:
A mí me hubiera gustado ser el hermano mayor para tener un cuarto propio, conseguir permiso de ir al cine con amigos, siempre estrenar ropa, dar órdenes a los hermanos más pequeños y ser el preferido de los abuelos.
La de enmedio comentó:
A mí en cambio me hubiera gustado ser la hermana menor para ser la consentida de la casa. Apenas llorar y tener toda la atención de mis padres. No comer verduras durante la cena y sin embargo merecer el postre. Tener muchos juguetes y siempre ser la más joven de la familia.
El mayor los escuchó con prudencia y con una sonrisa burlona confesó:
A mí sin duda me hubiera gustado ser hijo único.