Lugar que se disfruta con los invitados,
espacio que nutre nuestra soledad —momento que saboreo—.
Delicioso testigo de confidencias,
ácido cómplice del amor fallido.
Escondite donde reposan tus caricias trenzadas —que hierven—.
Hermana del descanso,
hija del árbol que nos enraíza —al panal—.
Fuente que enjuaga mis lágrimas,
constante materia que ampara.
Vasija del sustento del cuerpo,
alimenta mi alma.