¿Qué es lo último que hiciste por primera vez?

Hace algunos días tuve una comida familiar con mis primos Camarena. En la noche, al final de la reunión, cuando quedamos pocos, alguien preguntó  ¿Qué es lo último que hiciste por primera vez?

Fue un buen tema para un grupo conformado por personas de 40 años para arriba. Las respuestas que dimos entraban en dos categorías. Por un lado, los que buscaban hacer cosas que les retaran, novedosas, aventureras y diferentes. Por el otro, el grupo que no quería hacer cosas nuevas sino hacer mas significativo lo cotidiano y simple. Estar más conscientes de todo, con mayor plenitud.

Como suele sucederme, de ahí surgió una polémica, por lo menos en mi cabeza, la cual aún anda rondándome.

Observo a muchos hombres innovando en su estilo, con pelo largo, barba y ropas juveniles, a muchas mujeres rejuvenecidas y llenas de energía. Y eso me alegra, no porque quiera prolongar una falsa juventud, sino porque me gusta ver personas vivas, sin miedo a hacer cosas novedosas.

Admiro a quien no se detiene a hacer cosas por su edad. Aquella que decide incursionar en un nuevo deporte. A quien empieza una nueva carrera, una especialización, a el que aprende una nueva afición, o la que intenta algún negocio.

También me encanta ver personas sin necesidad de transformarse en algo diferente, las que parecen muy contentas con lo que han sido. Satisfechas y tranquilas, me transmiten paz. Reconozco esa sabiduría de quien no necesita estar probando cosas diferentes pues valora demasiado lo que ha descubierto que le gusta.

¿Será que vivimos en una sociedad en la que nos han vendido la idea de que es necesario probar y conocer todo lo nuevo para estar realizado, donde el FOMO (Fear Of Missing Out), miedo a perderse algo, rije nuestra vida, donde se cree que la novedad es lo que da satisfacción, en lugar de buscar placer donde ya se ha encontrado?  ¿Una vida llena de una lista de pendientes con la tarea forzosa a cumplir?

Y con estas dudas en mi cabeza me encuentro la frase “No estáis aburridos porque las cosas sean aburridas. Al contrario, las cosas son aburridas porque estáis aburridos” de José Antonio Marina.

Entonces creo que el punto no es en función si haces cosas nuevas o las de siempre, sino el significado con que las hagas. Si tienes un vacío de sentido ni lo nuevo ni lo viejo te entusiasmará.  Si andas cargando una pesada herida, tampoco podrás disfrutar de nada.

Por algún lado escuche que hay depresiones ocultas en activismos extremos. También equilibrios aparentes que ocultan el conformismo ante grandes inconformidades.

Por eso admiro a quienes se van más al fondo de su persona que a lo externo, a quienes se echan un clavado para ir más allá, y ver qué les tiene en la apatía, en el tedioso aburrimiento, en una eterna aceptada inconformidad o bien, en la búsqueda interminable, en el deseo de una eterna juventud, en el incansable probar, comprobar y demostrar.

Admiro a quienes forman nuevos hábitos, nuevas virtudes. A quienes buscan crecer en el ser, más que en el hacer o parecer.

En la Historia sin Fin, la nada era lo que destruía todo, y solo un guerrero valiente del mundo de la fantasía podía acabar con ella. También admiro a quien con creatividad se reinventa y se procura un mundo lleno de actividades y retos.

¿Qué es lo más importante para mantener una vida llena de ganas de vivir?

Aquí les dejo el dilema:

¿Se trata de vivir haciendo cosas novedosas para mantener el gusto por vivir y romper la rutina, o se trata de empezar a hacer lo mismo que se hace siempre, las cosas insignificantes y rutinarias, pero dándoles sentido, conciencia y significado?

En palabras más simples ¿Se trata de probar y probar muchos helados, o de saborear a conciencia mi favorito?

6 comentarios

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¡Uy!, que buena reflexión, me encantó. Me esta dando vueltas la cabeza, muchas gracias.
Creo qué en este tema como en la mayoría de los temas de la vida, el equilibrio es el objetivo último. Encontrar la realización y el crecimiento personal debe venir de lo cotidiano y de lo innovador, ambos extremos dejarían un vacío enrome.

¿En dónde estoy? ¿Cuáles son mis inconformidades? ¿Qué es lo que más disfruto? Mucho que resolver en lo poco que me queda de vida. Ya pasé más del 75%.

Muy bueno. Me dejaste reflexionando! Para mí ambas son válidas, tanto probar algo nuevo (que es crecer, ampliar tus gustos, ampliar tu visión, sin caer en ese estatus del miedo a que te estas perdiendo algo), como disfrutar de las cosas que ya te gustan (seguir apreciando lo que ya te define), buscarle un nuevo sentido.

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