En diferentes momentos de mi vida tuve tres accidentes importantes, los tres tienen un factor en común: la prisa.
¿Vale la pena arriesgar la vida, la salud y el bienestar físico y emocional por intentar llegar a tiempo?
Valoro mucho la puntualidad, la considero una señal de respeto, por lo mismo procuro ser puntual, pero hay ocasiones que en que se me hace tarde y la mayoría de estas veces es mi responsabilidad, por lo que trato de reponer ese tiempo corriendo y haciendo todo de prisa para tratar de estar a tiempo cuando se de antemano que ya perdí esos minutos, mi mente no entiende que en ese momento correr ya no es la solución.
Cuando estoy a la carrera todo sale mal, quemo el desayuno, tiro el agua, no encuentro la bolsa y al tratar de resolver las situaciones que surgen se hace más tarde.
Muchas veces oí la frase: “Con calma que voy de prisa”. Hace poco reflexioné sobre su significado contradictorio. ¿Si voy de prisa porqué me lo tomo con calma? Precisamente porque si no me lo tomo con calma puedo cometer errores que van desde llegar un poco más tarde hasta un accidente con posibles consecuencias trágicas.
El más reciente de mis accidentes fue una caída en donde me abrí la barba y terminé en urgencias, con ocho puntos de sutura y ahora una cicatriz que todos los días me recuerda porque no debo correr. Los altos índices de estrés, ansiedad y depresión son una señal de alarma que nos indica la importancia de tomar unos minutos para respirar, calmarse unos minutos y seguir. Hoy entiendo que, si ya voy tarde por perder media hora dando scrolling en el celular, no llegaré puntual por más que corra, por el contrario, el correr puede hacer incluso que no llegue a mi destino.
En un mundo en donde se vive a contrarreloj y en donde la exigencia diaria es bastante, es importante volver al origen, a nuestro centro, conectar con nuestra esencia, con nuestro ser más puro, con esa parte de divinidad que hay en nuestro interior. La manera que a mí me ayuda es respirando, una función tan básica de mi organismo hecha de forma consciente me ayuda a estar en el presente a pausar y aceptar que si ya es tarde pues tarde es y que tal vez tengo próximamente una oportunidad de levantarme más temprano, de no perder valiosos minutos en el celular, de tomarme las cosas con calma para no ir de prisa.
2 comentarios
Añade el tuyo →Esa cicatriz de tu barba tiene prisa, pero también mucha pasión. Gracias Macri.
Me encantó.