Posición fetal

Al terminar la clase de yoga, descanso en posición fetal y mi mente relaciona que el día de celebrar a las madres está cerca. Mi querida instructora me pide que me reincorpore y siempre quisiera quedarme hecha bolita descansando un poco más.

Cabeza inclinada sobre el pecho. Los brazos y las piernas recogidas hacia el centro del pecho. Todos hemos estado en posición fetal, la primera vez en el vientre de nuestra madre. Después hemos recurrido a esta posición para dormir, para descansar, para apapacharnos. Quizá también para buscar consuelo. ¿Quién no se ha hecho bolita en la cama cuando está triste, para llorar a rienda suelta? ¿Quién no se ha hecho bolita para escabullirse de la realidad, para meterse en sí mismo, para buscar sentirnos mejor?

Ese calor que había en el vientre materno, independientemente de cómo haya sido nuestra relación con nuestra madre, esa necesidad de tener paz, de autoabrazarnos, de sentirnos con seguridad, la seguimos anhelando siempre. No importa la edad, podemos ver niños, jóvenes, adultos y ancianos recostados con las piernas encogidas y la espalda curva. Podrían estar descansando, o quizá podrían tener miedo o tristeza, situaciones en las que instintivamente se busca protección. En ese vientre estuvimos tan cobijados, que después añoramos por siempre esa sensación y quizá la relacionamos con la madre.

A través de los años, he visto el dolor de muchas mujeres al no contar con el cariño de su madre, he visto la contradicción de tener que idolatrar a quien les ha lastimado tanto, he visto el dilema entre el enojo hacia su madre y el sentirse malas por reconocer todas las faltas de cariño que su alma sigue anhelando de esa mujer que les proporcionó un vientre cálido. Se anhela tanto el amor de la madre, que por ello duele tanto no tenerlo. No es lo mismo que cualquier persona te desapruebe, al hecho de que tu madre lo haga. Con la madre hay una conexión, y no importa la edad que se tenga, siempre se añorará su cariño.

El 10 de mayo, debería estar hablando de lo maravillosas que son las madres, pero la realidad es que NO somos maravillosas. Todas somos mujeres con defectos…
Prefiero recordar que no necesitamos ser santas ni perfectas.

Quizá podemos hacer algo mágico: Dar un abrazo de aprobación, seguridad y cariño, cálido como el vientre materno, para que en la vida nos pongamos más en posición fetal solo para dormir y menos porque tengamos miedo o soledad, porque nuestra alma recuerda siempre el amor de nuestra madre, que nos da seguridad y compañía.

6 comentarios

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Lumela me hiciste llorar. Que hermoso traducción de la postura y su significado. Prometo dejarte más tiempo !!! Te quiero mucho

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