Give them their flowers

 “Dead people receive more flowers than the living ones
because regret is stronger than gratitude.” — Anónimo

El lenguaje del amor ha quedado perdido entre las hojas del tiempo.

Las flores ya no se regalan mientras respiras, sino cuando el olvido empieza a carcomerte dentro de una caja bajo tierra hasta quedar vacía.

¡Que fácil se suelta un te amo a los cuatro vientos! Tan común es que cuando llega al último espacio habitado por un par de oídos, éste ya ha perdido su sentido. Palabras de valor incalculable dadas hasta por la cosa más trivial. En ocasiones, se lanzan dentro de un mundo virtual donde el otro está a la distancia y no en el mismo espacio compartido. Ahí, las letras sonoras se apagan.

Cuando un te amo se profiere con el corazón en la mano, somos devorados por el monstruo de la duda: ‘¿y si lo digo de verdad me dejará, se asustará, corresponderá, daré a conocer mi vulnerabilidad?’ Por eso a veces callamos, omitiendo decirlas a aquellos quiénes son nuestro centro, significado y razón de existir .

Veo como personas y lugares comunes desaparecen, recordando mi fragilidad y mis débiles pasos por la tierra. No soy profeta ni adivinadora, no sé cuánto tiempo nos quede. Mañana cuando el astro solar salga tal vez ya no estemos aquí. Así que ¿por qué derramar gotas de limón en tu funeral mientras te cubro de flores de colores? Mejor hoy te lleno la casa de ellas en vida, cubro mis errores anteriores con palabras amables, caliento tu día con caricias. Hoy mamá, celebro tu vida y agradezco tu presencia en mi camino, antes de que vuelva la prisa a invadir el paso de mis días y olvide decir te amo.

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