El caracol

Esta mañana mi vecino me llamó alterado.

Descubrió que en su rastrillo para afeitar habitaba un caracol. 

Se hizo tremendo corte en el cuello.

Desde ese momento decidió que usaría solo suéteres de cuello de tortuga. 

Yo solo tomé el teléfono y llamé al psicoanalista.

Al caracol le dio igual.

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