Gracias por …
Abrir mis ojos y despertar,
o despertar y abrir mis ojos.
Los sueños proféticos que puedo recordar,
y aquellos que se desvanecen en la almohada.
El silencio antes del amanecer.
Los pájaros que aún dormitan.
El latir de mi corazón y el bombeo imparable de mi sangre al cuerpo.
Mis cuatro extremidades con sus veinte dedos.
La columna que soporta el peso de la vida.
Que mi alma habita un cuerpo perfecto,
Mi memoria, que susurra quien soy.
El verano,
y el agua que cae de las nubes.
El petricor.
El otoño que se asoma.
Por mi boca sedienta.
Mi cabello despeinado.
La calidez de mi cama.
El buen hombre que me acompaña.
Los hijos nuestros que duermen salvos bajo el mismo techo.
Mis mascotas que creen que pertenezco a su clan.
Que lamen mi mano a la misma hora fielmente para indicarme que ya es tiempo de ponerme en pie.
La luz tímida que se asoma por la persiana.
Este segundo y todos los que vendrán después.
Que no tengo miedo a vivir,
tampoco a morir.
Que hay un propósito detrás de mí.
Mi destino.
El amor y su energía poderosa.
La presencia de Dios en las pequeñas cosas.
2 comentarios
Añade el tuyo →Bellísimo
Eres magnifica para describir la belleza de lo simple y cotidiano